Entrevista a Martin Scorsese: "Gangs of New York"

(Segunda Parte)

Por Stephanie Kon Ripstein

 

¿Por qué muestran sus películas tanto a la ciudad de Nueva York?

Yo hago películas de Nueva York porque ahí crecí, es una ciudad que conozco bien, la quiero, además está en el centro del mundo. Es un lugar con una gran mezcla de culturas, me parece muy interesante, es donde el asunto de la democracia se trata todos los días, es lo que ha sucedido en Estados Unidos en los últimos 200 años con la llegada de todos los emigrantes al territorio americano.

¿Qué ha hecho el cine por usted?

Me ha abierto el mundo, la cultura, la vida misma, he visto cine de todo el mundo, italiano, ruso, mexicano, polaco, japonés, etcétera. Como mi familia era de clase media trabajadora, no estaban realmente educados, no había libros, sólo teníamos televisión. De hecho uno de los primero libros que traje a casa era de la Revolución Rusa, recuerdo que mi padre realmente se preocupó al respecto (suelta una carcajada).

Yo siempre viví en este pequeño mundo mío, un área de puros sicilianos y napolitanos, rodeados de americanos en Nueva York. Así que mi alrededor o mundo exterior era Estados Unidos, era todo lo que yo conocía.

Hoy el cine tiene una gran responsabilidad, ya que puede luchar contra la ignorancia para que haya menos en el mundo, te hace entender, te transporta, acaba con barreras políticas y territoriales.

En los últimos 12 años hubo un despertar en Hollywood sobre la restauración de películas viejas sobre la original visión del director, pero al aparecer el DVD se está apoderando del campo más que el cine, así que por alguna razón hay algo llamado “directors cut” en la versión nueva de las películas viejas en DVD. Pero me pregunto si fue el corte del director, ¿por qué no está en la película original? (ríe de nuevo). Así que en el caso de “Pandillas de Nueva York” no hay escenas que no hayan sido usadas en la cinta o “cortadas”, las que no llegaron a la versión final fueron muy pequeñas y era porque no me gustaron para nada.

He notado que últimamente hay un nuevo renacimiento en el cine americano con autores y directores como: Quentin Tarantino, Wes Anderson, Paul Thomas Anderson, Alexander Payne, en su mayoría de cine independiente.

También de México hay maravillosas películas como Amores Perros.

Hoy realmente con el nuevo cine digital, si algún joven siente deseo de expresarse por medio del cine, lo puede hacer, sólo necesita una cámara digital eso es todo así que hay muchas esperanzas del futuro de la imagen digital.

Por otro lado el mundo del cine hollywoodense es raro, con todo y que he dado grandes éxitos de taquilla al negocio, estoy siempre a punto de conseguir el financiamiento necesario para hacer mis películas. En el caso de “Pandillas de Nueva York” acabé poniendo algo de dinero para finalizarla y Di Caprio rebajó su salario para poder ser contratado.

Para mí, el ser miembro de la comunidad cinematográfica, me representa un gran honor y satisfacción pero también un serio compromiso. La meta del cine hollywoodense es hacer dinero, por esto ya hace algunos años se dejaron a un lado las visiones personales de los cineastas o el cine de autor y como resultado se ha hecho mucho más cine independiente, aunque no puedo negar que siempre he tenido suerte con los ejecutivos de los grandes estudios en Hollywood; así que ojalá que con esta cinta pueda tener un margen de ganancia para poder financiar mi próximo proyecto.

¿Cómo llegó Leonardo Di Caprio al elenco de la cinta?

De hecho Leonardo llegó a ser la clave bancaria de este proyecto. Robert De Niro hace tiempo me había hablado mucho de Di Caprio para que le echara un vistazo ya que este chico sabía actuar y dijo que algún día debía trabajar con él, ya que ellos trabajaron juntos en la película “This boys life” cuando Leonardo tenía 16 años. Así que cuando surgió la idea de la película, él era el mejor candidato de todas las opciones porque acababa de hacer Titanic y esto lo hacía mucho más taquillero también, (ríe), el siguiente paso fue averiguar si a él le gustaban mis películas y si le gustaría trabajar conmigo y resultó que, de hecho, él dejó de trabajar con sus agentes anteriores para trabajar con nuevos que le prometieron lograr que lo hiciera conmigo, así que realmente ese fue un gran comienzo.

¿Qué nos puede decir sobre trabajar otra vez con Daniel Day Lewis?

Daniel es un gran actor, es una persona muy privada y realmente se convierte en el personaje que está interpretando, aun cuando está fuera de cámaras, de hecho él lo describió así: “el personaje me encuentra a mí, no yo al personaje”, así que es muy fácil trabajar con él porque se convierte en el personaje; durante el rodaje de la película fue Bill el carnicero no Daniel. Además Daniel es mitad judío y mitad irlandés como su personaje.

¿Qué tan real es la historia de los personajes que incorpora a los acontecimientos históricos reales en Pandillas de Nueva York?

Una de las razones principales por las que tardé también en acabar la cinta fue por tratar de equilibrar la parte histórica con la ficción; lo más importante para mí fue hacer una película que no se convirtiera en un documental, pero dar una impresión de lo que había acontecido en ese entonces, que la verdad estuviera en la atmósfera o ambientación de la película. Aunque también utilizamos ciertos hechos históricos reales en los personajes como Bill “the butcher” el carnicero, quien sí existió pero su nombre real fue Bill Bull y lo cambiamos por Bill Cutting, que significa cortar. Otro hecho fueron las revueltas entre policías y bomberos así como grupos políticos, etcétera.

La película como resultado, es una mezcla de varios géneros cinematográficos como épica americana y gángster. La violencia fue muy necesaria ya que así vivían, era su naturaleza, se usa la frase “la violencia en esa sociedad no era una opción” la violencia era parte de su formación en este mundo, era parte de la fabricación de su existencia, era básicamente primordial ya que la gente tenía primero que ver qué comía y después ver dónde se resguardaba, tratar de trabajar y si no podían hacerlo, tenían que robar y así, a través de este barril de pólvora, nace la ciudad. Por lo que, el no mostrar la violencia de aquel entonces, hubiera sido deshonesto a esa sociedad. Esta fue una de las razones por las que fue difícil filmarla.

Hoy en día todavía hay violencia en Nueva York y los “buenos ladrones” siguen existiendo, pero creo que hemos avanzado mucho en 150 años, bueno, en partes de Nueva York (se ríe), yo sigo paranoico y ni siquiera me acerco a Central Park, pero ese sólo soy yo.

* Desde la ciudad de Miami en Estados Unidos

Ver además: Primera parte Tercera parte


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